En los últimos años, se ha desarrollado el uso de
“agendas” en los contextos de aprendizaje de los niños con autismo.
Se trata de procedimientos que implican el registro
(gráfico o escrito) de secuencias diarias de actividades, y frecuentemente el
resumen simple de sucesos relevantes en el día.
Facilitan la anticipación y comprensión de las
situaciones, incluso el niño con autismo de nivel cognitivo relativamente bajo
y con los que deben usarse viñetas visuales como claves de organización del
tiempo. Las agendas tienen efectos positivos en la tranquilidad y el bienestar
de los niños con autismo, favorecen su motivación para el aprendizaje y
contribuyen a dar orden a su mundo. Las dificultades de previsión
que padecen las personas autistas constituyen uno de los déficits más
importantes a la hora de entender e intervenir ante conductas desconcertantes,
sensación de desconexión, y en la presencia de estados de ansiedad,
nerviosismo, e incluso problemas de conducta. Probablemente, situaciones de
este tipo junto con un grave problema de comunicación, constituyen el núcleo
central de la explicación de los problemas de comportamiento que presentan
algunas personas autistas, especialmente cuando son pequeños o se encuentran
muy afectados en el grado de inteligencia o autismo
Este planteamiento resulta de gran utilidad dentro
del contexto educativo, especialmente con niños pequeños o con aquellos que
carecen de lenguaje. Pero la vida de las personas con autismo no empieza, ni
acaba, en el centro escolar y resulta muy difícil trasladar todo este material
a contextos distintos como la calle, o incluso, a hogares diferentes al
habitual.
Una posible solución a estas necesidades
particulares es la utilización de Agendas Personales realizadas con dibujos en
viñetas.
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